Diabetes en perros ¡Signos y tratamientos!

viernes 3 enero, 2025
La diabetes en perros es una enfermedad endocrina que, al igual que en los humanos, representa un verdadero peligro para el bienestar de nuestra mascota. Siendo una enfermedad crónica, no se puede curar, pero sí podemos aprender cómo tratarla eficientemente y contribuir a la calidad de vida de nuestro amigo peludo.
De ahí la importancia de conocer las especificidades de este padecimiento y cómo prevenirlo. En este artículo, te contamos todo lo que necesitas saber sobre la diabetes en perros, así que ¡Continúa leyendo!
¿Qué es la diabetes en perros?
La diabetes canina es, por desgracia, un padecimiento bastante frecuente. Esta dolencia, que no es mortal, pero que sí implica cambios en la rutina de tu mascota, lleva consigo cuidados especiales necesarios, y más aún en edades avanzadas. Es decir, se trata de una enfermedad crónica, en la mayoría de los casos.
La causa de la diabetes es la incapacidad del páncreas para producir o utilizar la insulina de forma eficaz, que es una hormona que el cuerpo utiliza para regular la cantidad de glucosa en la sangre.
Concretamente, la diabetes mellitus canina se manifiesta cuando existe la destrucción de las células del páncreas, la inflamación del mismo o un fallo del sistema inmune del animal.
En algunos caninos, los cambios hormonales o los medicamentos pueden reducir el efecto de la insulina. Por otro lado, si el páncreas de tu mascota está dañado, pueden producirse síntomas a largo plazo y potencialmente mortales que necesitarán ser controlados.
Algunos de los factores de riesgo que aumentan la probabilidad de casos con diabetes, incluyen:
- Estado físico: perros con sobrepeso u obesidad son más propensos a desarrollar la enfermedad.
- Edad: aunque estos animales de compañía pueden desarrollar la enfermedad a cualquier edad, es más probable que aparezca la diabetes en perros senior, a partir de los ocho años.
- Sexo: Las hembras tiene mayor probabilidad de padecer la diabetes.
- Raza: algunas razas caninas (samoyedos, schnauzers miniatura, caniches y bichón frisé), pueden ser más propensas que otras a sufrir de diabetes.
Principales signos de diabetes en perros
Normalmente, la diabetes se detecta cuando el animal ya lleva un tiempo sufriéndola, siendo sus síntomas algo difíciles de identificar debido a su similitud con los de otras enfermedades. En este caso, los signos clínicos clásicos de la diabetes son:
- Sed excesiva (polidipsia).
- Mayor frecuencia urinaria (poliuria) y en exceso.
- Aumento de la ingesta normal de alimentos (polifagia), sin verse reflejado en el peso del animal.
- Pérdida de peso corporal, aunque coma igual que siempre o incluso más.
- Vómitos.
- Deshidratación y letargia.
- Problemas respiratorios.
- Dificultades de visión y cataratas.
Si detectas alguno de estos síntomas, no dudes en ponerte en contacto con tu veterinario. Es probable que sea necesario realizar pruebas para garantizar un diagnóstico preciso.
Una vez diagnosticada la diabetes, es importante llevar a tu mascota a las consultas de forma frecuente y mantener su condición controlada. El especialista comprobará sus niveles de glucosa y ajustará la medicación para mantenerla estable.
Clasificación de la diabetes mellitus canina
Si nos fijamos en la tipología, podemos identificar cinco tipos de diabetes en perros:
Diabetes tipo 1
Siendo el tipo más frecuente de diabetes, su causa directa es el déficit de producción de insulina por el páncreas. Esto ocurre cuando el páncreas deja de producir insulina de manera suficiente o efectiva.
Por lo tanto, el perro se convierte en insulinodependiente, es decir, necesitará la administración periódica de insulina por otra vía durante toda su vida.
Diabetes debido a un daño por pancreatitis crónica
La inflamación crónica del páncreas (pancreatitis crónica) puede dañar tanto las células productoras de enzimas digestivas como las células productoras de insulina, provocando una insuficiencia pancreática, exocrina y endocrina respectivamente.
De igual forma, puede aumentar la resistencia a la insulina y correlacionarse con el riesgo de cetoacidosis diabética. Se trata de una complicación grave de la diabetes, tanto en humanos como en animales, que ocurre cuando el cuerpo no puede utilizar adecuadamente la glucosa como fuente de energía debido a la falta de insulina.
En lugar de glucosa, el organismo comienza a descomponer grasas para obtener energía, lo que genera un exceso de cetonas en la sangre, un tipo de ácido.
Por lo tanto, es importante un seguimiento estricto y ajustes en el tratamiento según sea necesario.
Diabetes por resistencia a la insulina
La diabetes inducida por estados de resistencia a la insulina constituye el caso menos frecuente de la diabetes canina.
Algunas enfermedades como el hiperadrenocorticismo y la acromegalia producen una resistencia a la insulina, pudiendo inducir la diabetes en los perros. Descartando la probabilidad de que la enfermedad se manifieste por el uso de los tratamientos crónicos con corticosteroides, su aparición podría resultar de una reducción de la función de las células β como resultado de un proceso inmunológico o de pancreatitis crónica.
Por otro lado, aunque la obesidad produce resistencia a la insulina en perros, no hay estudios documentados que indiquen de forma convincente que la obesidad es un factor de riesgo para la diabetes canina.
Esta condición física conduce al animal a sufrir una hiperinsulinemia y un deterioro de la tolerancia a la glucosa. Dichos efectos son evidentes cuando la obesidad está inducida por una alimentación con un contenido elevado en grasas saturadas.
Diabetes gestacional
La diabetes gestacional en perros se asocia con la resistencia a la insulina inducida por el aumento de progesterona durante el embarazo. La progesterona puede disminuir el número o la velocidad de expresión de los receptores de insulina, lo que lleva a una resistencia a la insulina.
Esta resistencia comienza alrededor del día 30 de la gestación y aumenta progresivamente durante el período gestacional.
En la mayoría de los casos, la diabetes gestacional es un problema puntual, pues suele desaparecer después del parto. Si los síntomas persisten posparto, se considera que la perra puede tener otro tipo de diabetes mellitus que no está relacionada con la gestación.
Aunque este tipo específico es extremadamente rara en perros, es un ejemplo de cómo los cambios hormonales durante el embarazo pueden afectar el metabolismo de la glucosa y requerir intervención médica para garantizar la salud de la madre y los cachorros.
Diabetes tipo 2
Su aparición es más habitual en seres humanos y gatos que en perros. En este caso, el organismo ha adquirido una resistencia a la insulina, haciendo imposible su asimilación.
La resistencia a la insulina o la obesidad son factores de riesgo, provocando síntomas de diabetes pura, con una destrucción de células β, asociada a otras formas de diabetes.
Tratamiento para diabetes en perros
Aunque no existe cura para la diabetes, al igual que en los humanos, lo importante es que, con el tratamiento adecuado, un perro diabético tendrá la misma esperanza de vida que un perro sano.
Los cuidados para tratar la diabetes canina tienen cuatro pilares fundamentales:
Una nutrición equilibrada es parte esencial del control de la diabetes y de la salud y el bienestar generales de tu mascota. Proporcionar una dieta para perros diabéticos con el perfil nutricional adecuado y recomendado por el veterinario ayudará a mantener su metabolismo estable y saludable.
Una buena rutina de ejercicio es vital, tanto para los que sufren de obesidad como para los que se encuentran en su peso. Gracias a ello, consumirán energía y evitarán el riesgo de hiperglucemia, pues favorece la absorción de la insulina.
En los pacientes con diabetes tipo I, será imprescindible el tratamiento farmacológico mediante la administración de insulina inyectable. Solo así es posible mantener la enfermedad controlada y evitar que surjan problemas derivados.
Una vez sea detectada la enfermedad, el veterinario realizará diversos controles y estudiará el caso hasta dar con la dosis adecuada de insulina.
Para entender cómo evoluciona la enfermedad de nuestro perro y enfrentarla con mayor eficacia, es necesario garantizar una monitorización constante. Esto implica medir de forma periódica los niveles de glucosa en sangre y, en caso ser necesario, emplear tiras de orina para controlar la glucosuria y los cuerpos cetónicos.
La rutina es clave, por lo que estas actividades diarias deben mantenerse en el mismo horario cada día. Esto va a ayudar a que los niveles de glucosa se mantengan estables. Tu veterinario de confianza te orientará al respecto.
Pautas de una dieta para perros diabéticos
Como te comentamos anteriormente, un perro con diabetes mellitus necesita recibir una alimentación especializadaperro con diabetes mellitus necesita recibir una alimentación especializada. Esta va a incluir:
1. Aporte energético
Al no contar con la capacidad requerida para metabolizar los nutrientes absorbidos y eliminar glucosa por la orina, los caninos enfermos necesitan más calorías para su mantenimiento que los sanos.
2. Aporte de fibra
Lo ideal es una dieta formulada con una mezcla de fibras solubles e insolubles fibras solubles e insolubles, que puedes encontrarlas en alimentos como la soja o la pulpa de remolacha. Su incorporación podría reducir la velocidad con la que los carbohidratos se descomponen, ayudando a controlar los niveles de glucosa en sangre, mejorar el control de la glucemia, y a disminuir las concentraciones séricas de colesterol.
De igual forma, cereales como el sorgo y la cebada disminuyen el pico hiperglucémico y producen una respuesta menor de insulina.
3. Baja en carbohidratos y grasas
Las grasas favorecen la mejoría de perfiles lipídicos, sin embargo, pueden traer consigo una pérdida de peso no deseada. Por su parte, los carbohidratos son necesarios en cantidades regulares de almidón en su dieta.
Además, los alimentos deben ser palatables para garantizar el consumo suficiente, contrarrestando la pérdida del apetito.
4. Tiempo para la alimentación
La intención es alimentar al perro 2 horas después de que se le haya aplicado su dosis de insulina o inmediatamente después, para garantizar el control glucémico.
5. Aporte calórico
Teniendo en cuenta, que los pacientes diabéticos eliminan la glucosa por la orina, es necesario un ajuste constante en el nivel calórico de su dieta, ya que exigirán más calorías para evitar la pérdida de peso.
6. Comidas regulares
Establecer una rutina de comidas regulares es crucial cuando se encuentran recibiendo dosis de insulina. De no tratarse adecuadamente, podrían sufrir hipoglucemia, lo que aumentaría el riesgo de daños cerebrales graves e incluso podría ser fatal.
Repartir la cantidad diaria de alimento en varias porciones (dos o más) a lo largo del día también va a ayudar a mantener estables los niveles de azúcar en sangre.
7. Control de porciones
En los casos de perros obesos, la pérdida de peso gradual y controlada va a disminuir los requerimientos de insulina. Afortunadamente, hoy existen diferentes marcas de comida para perros diabéticos, formuladas para su adecuado manejo.
Revisado por:

Luis Alberto Enciso López
Médico Veterinario Zootecnista
Matrícula Pofesional No. 12415