¿Las mascotas mueren para salvar a su dueño? ¡Verdad o mito!

La conexión que existe entre las mascotas y los humanos es innegable. Los animales han desempeñado diferentes roles para la humanidad desde hace milenios, ejerciendo en labores de cacería, pastoreo, transporte, búsqueda y rescate, entre otros.

Sin embargo, con el paso del tiempo su rol más importante es como animales de compañía. Esta función en la vida de los humanos les ha permitido tener un lugar en miles de hogares del mundo y ser considerados un miembro más de las familias.

Este amor y lealtad incondicional de las mascotas hacia los humanos, ha dado lugar a creencias populares muy fuertes como que “las mascotas mueren para salvar a su dueño”, lo cual, puede generar bastantes dudas al respecto sobre si es verdad o mito, por eso, en este artículo analizamos a fondo el tema. ¡No dejes de leer para averiguarlo!

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Cuando muere una mascota ¿Qué significa espiritualmente?

La partida de una mascota es uno de los escenarios más tristes y desoladores para una familia, pero como dueños sabemos de antemano que aquel momento llegará y debemos esperarlo al llegar a su vejez.

De acuerdo con algunas creencias, nuestras mascotas no llegan a nuestras vidas por casualidad, así como su personalidad y carácter tampoco lo es. Más bien, vienen a nosotros con esas cualidades específicas para dejarnos enseñanzas y aprendizajes.

No es coincidencia que, para una persona impaciente e impulsiva, llegue un gato tranquilo y apacible mientras que alguien sereno pueda tener un perro enérgico y muy activo. Esto no es una regla general, pero sin duda, pasan por nuestras vidas con una misión.

Significado espiritual de la muerte de un perro

Los perros por las características de cuidador, leal y amoroso adquieren un significado espiritual de guardianes y protectores del hogar, llegan a nosotros para activar el amor y ponerlo siempre en movimiento.

Espiritualmente, los perros son protectores energéticos innatos, esto quiere decir que absorben las malas energías que lleguen a ti o que permanezcan en el ambiente, elevan la energía positiva y ayudan a armonizar el espacio.

Todos esos rasgos permanecen en ellos incluso, después de morir ya que el vínculo con su humano cruza la barrera de la vida y la muerte. Su fallecimiento, solo significa un cambio de forma, pero una protección eterna.

Significado espiritual de la muerte de un gato

El misterio y la magia que surge alrededor de los gatos no es algo que se dé por casualidad, ya que su historia con los seres humanos ha sido una larga travesía desde la cultura egipcia.

Estos preciosos animales despiertan el interés, la fascinación y la especulación debido a su personalidad reservada, independencia e intuición, cualidades que se convierten en protección y sanación para su humano.

Cuando un gato muere, indica que la misión de cuidado y protección realizada en su hogar se ha hecho, pues ha podido repeler todas las malas energías y alejar de su casa cualquier maldad.

Pero entonces, ¿las mascotas mueren para salvar a su dueño?

Al igual que su vida, la muerte de las mascotas también se da con un propósito. Especialmente, cuando sucede de manera inesperada, cuando se enferma de repente y nunca dio indicios de malestar o dolor mientras su dueño pasaba por un momento difícil o se encontraba enfermo también.

Por esta razón, es que esta creencia popular de que las mascotas mueren por salvar a su dueño tiende a crecer entre las personas y, especialmente, cuando sus dueños mejoran, se curan o el momento difícil cambia para bien.

El amor incondicional y el vínculo dueño-mascota hace que nuestros peludos sean sensibles a nuestras emociones, sobre todo, las de angustia, tristeza o dolor, por esta razón, es que consideran natural actuar para proteger a sus dueños.

No existe evidencia científica o psicológica que permita afirmar con hechos una respuesta positiva ante la duda de si las mascotas mueren para salvar a su dueño, sin embargo, hay situaciones que escapan a la razón y solo se pueden entender desde el corazón y desde la espiritualidad.

¿A dónde van las mascotas cuando mueren?

Las personas desde el inicio de las civilizaciones nos hemos preguntado qué sucede después de la muerte, si existen otras vidas o si podemos continuar en un plano distinto al terrenal.

Al igual que en los humanos, la muerte de las mascotas nos genera muchas preguntas e incertidumbre y este ha sido un gran tema de investigación tanto a nivel espiritual como a nivel científico.

Así como cuestionamos la muerte, hemos cuestionado si nuestras mascotas tienen alma y aunque tampoco es una respuesta sencilla para los amantes de los animales, sus dueños y algunas creencias religiosas y espirituales, si la tienen.

Por consiguiente, muchos dueños de mascotas deciden creer que existe un lugar más allá de la muerte a donde llegan cuando han fallecido y uno de esos lugares, de acuerdo con la tradición popular, es el puente del arcoíris.

Al cruzar este mágico lugar, a tu peludo le espera un espacio infinito de zonas verdes, agua, comida, sol y juguetes. Allí recuperará su vitalidad y felicidad esperando el reencuentro con su dueño.

Otras creencias sobre la muerte de las mascotas

Diferentes religiones y culturas en el mundo han honrado a estos seres, gracias a la importante labor como animales de compañía e incluso, les han otorgado poderes o dones en el mundo terrenal.

Estas son algunas de las creencias más interesantes de las culturas, en cuanto al paso de las mascotas por este mundo y su vida después de la muerte:

Hinduismo

Para esta religión que concentra a sus devotos en la India y Nepal con presencia en otros países asiáticos, existe una relación interdependiente entre humanos y animales.

La forma en que los hindúes tratan a los animales está influenciada por conceptos como la no violencia (ahimsa) y la compasión. Muchos hindúes, creen en la importancia de respetar todas las formas de vida y tratan a los animales con cuidado y consideración.

Los animales son considerados seres vivos que tienen alma (Atman) y que también están sujetos al ciclo de nacimiento, muerte y reencarnación (samsara), al igual que los humanos, esta última es una de las creencias pilares de esta religión.

Según esto, el destino de un ser vivo en su próxima vida lo determina su karma, las acciones que realizó en su vida anterior. Esto significa que los animales pueden renacer como humanos y viceversa.

Catolicismo

Si bien es cierto que en la Biblia no hay claridad sobre el paraíso para los animales, en la religión católica han sido tenidos en cuenta como parte de la creación de Dios, por lo cual, también deben ser respetados y cuidados.

San Francisco de Asís, fue proclamado santo, entre otras razones, por su amor y compasión hacia los animales y la naturaleza. En su honor se celebra la festividad católica del 4 de octubre.

Gracias a esto, en muchas iglesias se llevan a cabo bendiciones de mascotas, donde los fieles llevan a sus animales domésticos para recibir una bendición especial.

Cultura Mexicana

La raíz de la cultura mexicana viene de los indígenas mayas y aztecas, quienes tenían un profundo respeto por los animales de compañía especialmente por los perros. ¿Sabías que hay una raza de perro que existió junto con estos pueblos indígenas? Así es, data de 3.500 años atrás y su nombre es Xoloitzcuintle.

En el tiempo de los indígenas, cuando una persona moría y tenía mascotas, el peludito era sacrificado, pues según su creencia solo se podía cruzar el gran río del inframundo a bordo del lomo de un perro para poder encontrarse con el dios de la muerte.

Desde entonces, se tiene la creencia que los perros y los gatos son los guías espirituales de sus dueños, por lo cual, las mascotas mueren para salvar a su dueño de la muerte o la enfermedad esperando que sus amos tengan una larga vida.

Como podemos ver, las creencias sobre la muerte de nuestras mascotas y de cómo nos cuidan incluso después de partir empiezan a tomar fuerza dada la importancia que estas tienen en las familias.

Aunque no es posible afirmar o negar si las mascotas mueren para salvar a su dueño, si es seguro que su amor, lealtad y protección son incondicionales desde el primer día en casa hasta su último suspiro.