Rinotraqueítis infecciosa bovina ¡Signos, tratamiento y prevención!
martes 30 abril, 2024
La rinotraqueítis infecciosa bovina (IBR), es una enfermedad infectocontagiosa del ganado vacuno, presentada como una de las principales causas de infertilidad y aborto en el ganado. Se caracteriza por provocar inflamación de las vías respiratorias superiores y puede tener un impacto significativo en la salud y el bienestar del animal.
Es visible en animales de todas las edades, provocando padecimientos respiratorios y reproductivos que afectan significativamente la productividad.
Como consecuencia, la rinotraqueítis infecciosa bovina, puede ocasionar graves pérdidas económicas para el ganadero, así como limitaciones tanto en el comercio local, como en las exportaciones a países terceros.
A continuación, te daremos todos los detalles sobre la IBR, lo que te ayudará a tomar las medidas necesarias para prevenir su manifestación en tu unidad productiva.
¿Qué es la rinotraqueítis infecciosa bovina?
La IBR es la representación clínica más común del Herpesvirus Bovino tipo 1 (BoHV-1), del género Varicellovirus. Esta enfermedad, se caracteriza por producir infecciones latentes y distintos cuadros clínicos según la vía de entrada del virus y las prácticas de manejo o cría.
Se presenta como una enfermedad relativamente leve, que provoca fiebre transitoria con o sin conjuntivitis, con ligera pérdida de apetito o producción de leche. Las manifestaciones clínicas y el curso de la enfermedad dependerán del sitio de infección, la edad y el estado inmunológico del portador.
Etiología o causas de la rinotraqueítis infecciosa bovina
El virus se transmite principalmente de un animal a otro, a través de la inhalación de partículas virales emitidas por animales infectados. La infección puede ocurrir en formas respiratoria, conjuntival, vulvar, abortiva local y septicémica, y su transmisión puede ser vertical y horizontal.
La principal vía de transmisión es a través del contacto directo de nariz con nariz, aunque puede propagarse mediante en los aerosoles producidos por la tos y/o estornudos de animales infectados, que son inhalados por animales cercanos.
De igual forma, los propios equipos de manejo, alimentación o agua contaminada pueden actuar como vehículos de transmisión del virus. Durante el proceso de inseminación artificial, el uso del semen de toros infectados también puede transmitirlo.
Patogenia de la IBR
La patogenia de la IBR es el proceso mediante el cual, el herpesvirus bovino tipo 1 (BoHV-1) causa la enfermedad en el ganado bovino. El proceso general de la patogenia puede presentarse de la siguiente forma:
Primera fase
El virus ingresa al organismo a través de las vías respiratorias superiores (nariz y boca). Generalmente, sucede por inhalación de partículas virales presentes en el aire o en contacto con secreciones de animales infectados.
Segunda fase
Una vez dentro del animal, el virus de IBR se adhiere a las células epiteliales de la mucosa respiratoria y comienza a replicarse.
Tercera fase
El virus se replica en las células epiteliales de las vías respiratorias superiores, causando daño y destrucción de estas. La replicación viral también puede extenderse a los ganglios linfáticos regionales, donde se produce una respuesta inflamatoria.
En algunos casos, el virus tiende a diseminarse más allá de las vías respiratorias superiores y puede infectar otros órganos y tejidos del cuerpo (pulmones, ojos, órganos reproductivos y sistema nervioso central). Esto puede ocurrir a través de la vía linfática o el torrente sanguíneo.
Cuarta fase
Después de una infección aguda, algunos animales se convierten en portadores asintomáticos del virus, transmitiendo la IBR, sin mostrar signos clínicos evidentes.
Durante la lactancia, el virus puede reactivarse en momentos de estrés o inmunosupresión, lo que puede llevar a su liberación y la propagación de la enfermedad.
Es importante tener en cuenta que esta patogenia puede variar en diferentes ejemplares y se ve influenciada por factores como la edad, el estado inmunológico y la presencia de coinfecciones.
Signos clínicos de la IBR
La IBR puede manifestarse con una variedad de signos clínicos que varían de un animal a otro, en su gravedad y duración, y afectan a diferentes sistemas del cuerpo.
Las sintomatologías más comunes asociadas a este son las de carácter respiratorio, oculares de carácter leve o graves, lesiones inflamatorias de tipo pústular, en mucosa de la vulva, vagina y útero. Esta última provoca muchas veces abortos o nacimiento de terneros con trastornos neurológicos severos.
Puede observarse:
- Una secreción nasal acuosa, mucosa o purulenta, la cual, varía en color y consistencia.
- Tos persistente que dura de 2 – 3 semanas antes de desaparecer, en casos leves.
- Neumonía, causada por una infección bacteriana secundaria, en casos graves.
- Respiración acelerada y esforzada.
- Inflamación y enrojecimiento de los ojos.
- Lagrimeo excesivo y sensibilidad a la luz, reflejo de una conjuntivitis.
- Disminución en el consumo de alimento y agua, lo que resulta en una reducción del apetito y la producción de leche, en las vacas de producción láctea.
- Fiebre, generalmente acompañada de otros signos sistémicos como letargia y debilidad.
- Falta de coordinación seguida por ataxia, con períodos de excitación y depresión.
Además, se pueden dar lesiones de la forma genital como: vulvovaginitis pústular infecciosa, balanopostitis, endometritis, mastitis, epididimitis, y encefalomielitis, con graves consecuencias en el embarazo.
En machos provoca lesiones pustulosas en la mucosa del órgano reproductor, generando inflamación del prepucio.
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Tratamiento rinotraqueítis infecciosa bovina
No existe un tratamiento específico para la IBR. El enfoque principal para el manejo de la enfermedad se centra en el control de los síntomas, el apoyo a la salud del animal y la prevención de la propagación de la enfermedad.
Al tratarse de una enfermedad viral bovina, el tratamiento incluye reducir la fiebre con medicamentos antiinflamatorios no esteroides y prevenir infecciones bacterianas secundarias utilizando antibióticos.
Recuerda que el uso de estos medicamentos siempre debe ser recomendado por su veterinario con base en los resultados del examen físico del animal.
Algunos de los síntomas respiratorios, como la congestión nasal y la dificultad respiratoria, se pueden aliviar mediante el uso de descongestionantes nasales y broncodilatadores recetados por un especialista.
En cuanto a la prevención, los expertos señalan las siguientes medidas:
- Proporcionar un ambiente limpio y confortable para los animales afectados puede ayudar en su recuperación.
- Asegurarse de que tengan acceso a agua limpia y de alta calidad, así como a alimentos nutritivos.
- Minimizar el estrés y evitar cualquier factor que pueda empeorar los síntomas.
Es importante que un veterinario evalúe y diagnostique adecuadamente el caso de IBR en el ganado bovino, siendo el único con conocimientos para dar recomendaciones específicas y tratamiento de apoyo según la situación del animal.
Prevención y control de la enfermedad
Es importante destacar que la prevención es fundamental en el manejo de la IBR. Una vacunación adecuada del ganado bovino puede ayudar a reducir la gravedad de esta y evitar la propagación del virus.
Además, se deben implementar medidas de bioseguridad como la cuarentena de animales infectados, la higiene adecuada y la limitación del contacto con animales susceptibles.
En sentido general, para reducir la manifestación de este problema en las unidades de producción se utilizan dos estrategias principales: pruebas de infección y estrategias de erradicación o vacunación.
Si la prevalencia en la población es relativamente baja, la estrategia más eficaz para erradicar la enfermedad es realizar pruebas con animales y sacrificar los animales positivos.
Los programas de erradicación están lejos de ser perfectos. Siempre existe el peligro de que un animal seronegativo con infección latente permanezca en la población y propague la enfermedad.
Asimismo, se recomienda poner los animales nuevos en cuarentena hasta comprobar que no son portadores del virus y recolectar semen únicamente en lugares donde existan medidas sanitarias estrictas.
Por último, la vacunación es el pilar de la prevención de enfermedades y manifestaciones de casos graves. Actualmente, existen variedad de productos en el mercado, los cuales, pueden contener virus vivos que han sido eliminados o modificados.
Es importante tener en cuenta este dato para evitar que sean usados en vacas embarazadas, ya que puede provocar un aborto espontáneo.
La inmunización de las vacas reproductoras y lecheras debe hacerse de 3 a 4 semanas antes de la época de reproducción. Además, puede resultar positiva la vacunación anual en el ganado, para que las madres alcancen altos títulos de anticuerpos en calostro.
Las estrategias de vacunación alternativas son más apropiadas para poblaciones con alta prevalencia del virus o aquellas con baja prevalencia, pero con alto riesgo de exposición.
Los beneficios a corto plazo de estas medidas pueden no ser evidentes de inmediato, o no darse para todas las fincas ganaderas. Sin embargo, es probable que los costos a largo plazo sean mucho menores que las pérdidas, especialmente a medida que el comercio internacional está cada vez más vinculado al estatus IBR.
Fuentes
Flechas Bernal, J. D., Bulla Castañeda, D. M., García Corredor, D. J., Jiménez Sánchez, J. A. ., Cruz Estupiñan, S. E., & Pulido Medellín, M. O. (2022). RINOTRAQUEITIS INFECCIOSA BOVINA (RIB), UNA ENFERMEDAD DE POCO CONTROL EN COLOMBIA. Revista Facultad De Ciencias Agropecuarias -FAGROPEC, 14(1), 67–88.
Obando, C. A., & Rodríguez, J. M. (2005). Rinotraqueitis infecciosa bovina. Centro Nacional de Investigaciones Agropecuarias–INIA, Maracay, Venezuela, 311-316.
Correa-Girón, P. (2007). Rinotraqueitis Infecciosa de los bovinos. Ciencia Veterinaria, 148-155
Revisado por:
Luis Alberto Enciso López
Médico Veterinario Zootecnista
Matrícula Pofesional No. 12415