Tratamiento y control para la enfermedad respiratoria bovina

La enfermedad respiratoria bovina es una de las principales causas de pérdidas en los sistemas intensivos de producción ganadera mundial. 

Sin duda, es un sistema que trae beneficios al productor, debido a la mayor eficiencia productiva de estos animales, principalmente en sequía. No obstante, todo lo que conlleva la actividad ganadera aumenta la aparición de afecciones respiratorias en el rebaño. 

Estas surgen debido al desequilibrio entre las defensas naturales del animal y factores externos que favorecen la enfermedad.

En este sentido, uno de los retos más grandes en la actualidad, es llevar a cabo la detección y tratamiento temprano de los casos de la enfermedad respiratoria bovina (ERB, por sus siglas en español). 

Es importante que todas las personas involucradas en el proceso de reproducción de estos animales comprendan las causas, factores predisponentes, tratamiento, control y prevención de los patógenos asociados, incluyendo su prevalencia e impacto en la enfermedad. 

Por ello, a continuación, te damos todos los detalles que debes conocer al respecto. 

¿Qué es la enfermedad respiratoria bovina?

La ERB, también conocida como fiebre del embarque, es definida como un conjunto de padecimientos que afecta las vías respiratorias bajas y altas, ocasionando trastornos como neumonía, bronquitis, rinitis y traqueítis. 

Afecta principalmente a los becerros, aunque también se detecta en ganado adulto.

Este es uno de los padecimientos más comunes, costosos y severos en el sector ganadero, ya que afecta tanto a los hatos lecheros como a los corrales de alimentación intensiva, causando grandes pérdidas productivas y económicas. 

Además, la enfermedad respiratoria bovina (ERB) se caracteriza por provocar una elevada mortalidad y conlleva costos considerables en tratamientos, asistencia veterinaria, diagnóstico y medicación empleada.

Los costos indirectos abarcan consecuencias como un aumento en el riesgo de descarte o deceso prematuro del ganado. Además, incluyen las pérdidas derivadas del retraso en el engorde o en la incorporación a la producción lechera, y principalmente, una disminución en la productividad de los animales enfermos.

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Causas de la enfermedad respiratoria bovina

Este síndrome, conocido como «complejo respiratorio», se ve potenciado por múltiples factores que lo preceden y juegan un rol en el desarrollo de la infección. En este sentido, los expertos han identificado que entre las principales causas se encuentran: 

• El estrés por destete. 
• El transporte inadecuado. 
• Cambios drásticos en la alimentación, así como variaciones de temperatura y humedad. 

Para hacer frente a estos elementos, los animales tienden a reducir sus reservas de energía y, por tanto, debilitarse.

Los agentes patógenos involucrados, tanto víricos (virus sincitial respiratorio bovino, parainfluenza 3, adenovirus, VDVB, BHV1), como bacterianos (Pasteurella multocida, Mannheimia haemolytica, Histophilus somni, Mycoplasma bovis), incluso parasitarios (vermes pulmonares) o fúngicos (Aspergillus), pueden interactuar entre ellos o con una reacción inflamatoria o alérgica para desencadenar la sintomatología completa del síndrome. 

Por otro lado, las bacterias causan un síndrome grave cuando infectan a animales en los que las vías respiratorias ya están debilitadas a causa de una infección vírica previa.

Síntomas de la ERB

Los síntomas de la enfermedad van a ser muy variables en el ganado bovino debido a su etiología múltiple. 

Entre ellos, puede presentarse: 

• Fiebre. 
• Letargo y falta de voluntad para moverse. 
• Disminución del apetito. 
• Abatimiento y depresión. 
• Respiración rápida y superficial. 
• Tos. 
• Secreción nasal y ocular. 
• Salivación excesiva. 
• Enrojecimiento de las mucosas. 
• Caída en la producción de leche.

Medidas de prevención de la enfermedad respiratoria bovina

Todos los programas de control se basan en reducir al mínimo el impacto de las causas que dan lugar a la ERB. 

Medidas de manejo

Las medidas de manejo deben estar encaminadas a minimizar el estrés en los animales.  En este sentido, es necesario tener en cuenta la composición de los lotes, siendo ideal constituir lotes a partir de animales de un solo origen. 

El alojamiento también es crucial, ya que debe disponerse el espacio suficiente por cada animal. Los comederos y bebederos tienen que estar bien distribuidos en función de la cantidad de animales y su peso corporal. Además de ofrecer una ventilación adecuada como elemento indispensable para disminuir la carga microbiana del entorno.  

De igual forma, es crucial evitar el hacinamiento, el transporte estresante, realizar cuarentena de los animales enfermos y recién adquiridos, separar los animales por categoría y mantener el ambiente del ejemplar siempre limpio, seco y ventilado. 

Asimismo, se debe proporcionar una alimentación equilibrada, puesto que mejora la función inmunitaria y ayuda a prevenir la enfermedad. 

Vacunación

Es fundamental realizar un buen programa de desparasitación y vacunación para aumentar la protección del animal frente a los principales procesos víricos y bacterianos que causan la ERB. 

En función de esto, existen una gran variedad de biológicos disponibles para controlar y prevenir las infecciones de este tipo. Debe ponerse especial cuidado en vacunar a todo el colectivo, de una forma higiénica y con una vacuna bien conservada. 

Aunque existen varias vacunas para este fin, la vacuna Supravac RESP es considerada la ideal para una completa protección, porque actúa en la prevención de las principales enfermedades virales y bacterianas que afectan al ganado bovino.

Se recomienda que esta sea administrada a los becerros a partir de los 4 meses de edad, repitiéndose la dosis después de 30 días y una revacunación cada 6 meses. 

En los bovinos adultos no vacunados previamente, se deben administrar dos dosis de la vacuna con un intervalo de 30 días, entre las inyecciones y una segunda ronda semestral.

Antibioterapia

En la ERB el tratamiento principal es el uso de antibióticos inyectables y antiinflamatorios, dependiendo siempre de la gravedad del cuadro. En este sentido, Veterin 30%, Forticlina LA, Rilexine 150, Enromic 10% son algunas de las alternativas disponibles. 

Tratamiento de la enfermedad respiratoria bovina

Una vez que se haya identificado al animal con la enfermedad y se ha conformado el diagnóstico de acuerdo con las pruebas de laboratorio realizadas, debe iniciarse la terapia de forma inmediata. 

Esta dependerá de la identificación y aislamiento precoz de los animales enfermos, el suministro de los antibióticos correspondientes y, por último, la reincorporación de los animales curados a los lotes de producción.  

El producto más administrado para este fin el Resflor® (Reg. SAGARPA Q-0273-100), un antibiótico de amplio espectro combinado con un antiinflamatorio no esteroideo, que ayuda a tratar enfermedades causadas por la Mannheimia haemolytica, Pasteurella multocida, Haemophilus somnus, Mycoplasma bovis y su fiebre asociada.

También puedes utilizar Oxitetraciclina 200®, otro antibiótico de amplio espectro excelente para el tratamiento de infecciones respiratorias, infecciones del tracto gastrointestinal, infecciones de la piel y por supuesto, SRB.

De igual forma, de acuerdo con la evaluación y criterio del médico veterinario, se puede complementar con el suministro de terapia de líquidos (fluidoterapia), expectorantes, mucolíticos y broncodilatadores. 

Teniendo en cuenta lo anterior, te recomendamos acudir a un médico veterinario si existen sospechas de algún caso de ERB en tu unidad productiva. 

Este profesional se encargará de hacer las evaluaciones correspondientes o la toma de muestras necesarias para el diagnóstico, tratamiento, control y prevención de enfermedades respiratorias que pueden ser perjudiciales para la producción animal.

Fuentes

• Latorre, J. (2003). La enfermedad respiratoria bovina. Ganadería, 20. URL