Un perro callejero se convirtió en un símbolo de las calles de Pompeya en Italia

Argo, un perro callejero que visitaba el Parque Arqueológico de Pompeya desde hace 15 años murió esta semana y se convirtió en un símbolo para los trabajadores y turistas del lugar. ¡Esta es su historia!

¿Quién era Argo?

El Parque Arqueológico de Pompeya, es un sitio ubicado en la región de Campania al sur de Italia. Es una ciudad desarrollada, sofisticada y reconocida en la antigua Roma; en el año 79 d.C hubo una catástrofe y quedó enterrada bajo metros de cenizas y piedras.

Se ha convertido en los últimos tiempos en uno de los lugares más visitados de Italia, con 4 millones de turistas al año, dejó un mensaje emotivo por medio de sus redes sociales despidiendo a Argo.

“Era el último perro callejerro de Pompeya. Estamos muy tristes. Venía todos los días puntual como un reloj, era siempre el primero en llegar y el último en irse, tanto en verano como en invierno, porque hay horarios diferentes y él se los sabía de memoria» dice Glauco Messina, un guía turístico a EFE.

Messina es uno de los voluntarios, que lanzó “un proyecto artístico” pidiendo a los millones de tursitas que conocieron al reconocido perro durante estos largos años que le hagan llegar fotos de él para recordarlo. Adicionalmente aclara que este proyecto acaba de comenzar “ya han empezado a llegar las primeras imágenes”.

Il Parco Archeologico di Pompei saluta Argo. Aveva più di 15 anni, era un cane buono, da sempre accudito dalla città, dai lavoratori e dai visitatori del sito. Ha fatto compagnia a migliaia di turisti durante il suo onorato servizio di custode e anfitrione. pic.twitter.com/N8hUvK9YAe

— Pompeii Sites (@pompeii_sites) January 24, 2024

¿Cómo llegó al parque arqueológico?

Uno de los guías turísticos del lugar que trabajaba desde el año 2017 comenta que Argo empezó a acudir el lugar desde que era un cachorro. “Entonces había otros perros callejeros más grandes que a lo largo de los años han muerto o han sido adoptados, pero él, en cambio, fue tolerado como el último de los canes vagabundos porque, por desgracia, el tema de los perros dentro de un parque arqueológico es un tema problemático debido, entre otras, a razones de seguridad”, cuenta.

El guía adiciona que en su casa tiene dos gatos rescatados de las excavaciones, afirma que tenía “una relación especial” con Argo, y lo conoció el primer día que llegó a Pompeya y desde ese momento siempre le llevaba comida.

“Estoy muy apegado porque yo operaba principalmente desde la entrada de la puerta del anfiteatro, que era precisamente el paso por donde Argo entraba todas las mañanas”, concluyó.