Los gatos están conquistando las prisiones en Chile

En una de las cárceles más antiguas de Chile, no solo viven los presos sino también gatos de todos los colores quienes andan libremente por todo el lugar. Fueron traídos como cazadores en una infestación de ratones pero luego se quedaron casi que como huéspedes permanentes. ¡Esta es la historia!

¿Cómo llegaron los felinos a esta cárcel?

De acuerdo con la información de los trabajadores más antiguos del Centro de Detención Penal de Santiago Sur, desde que empezaron sus labores allí han visto como los gatos se pasean por todos los espacios de la prisión sin restricciones.

Su función principal era la de cazar ratones, sin embargo, fueron llegando cada vez más y como no se tenia un programa de salubridad o protección animal en sus inicios, la población felina fue creciendo sin ningún tipo de control, siendo hoy cerca de 300 gatos.

La convivencia entre esa cantidad de gatos y los 5.600 presos de esta cárcel, permitió a los directivos notar que la presencia de los animales no solo traía beneficios para evitar a las ratas sino también para mejorar el estado de ánimo de los reclusos.

¿Cuáles han sido los beneficios para los prisioneros?

«Son nuestros compañeros» dijo Carlos Nuñez, uno de los reclusos al medio New York Times.

Este prisionero esta condenado por hurto a residencias y manifiesta que con los gatos se da una conexión especial, una que pocas veces le ha ocurrido con un compañero de prisión o con un perro.

Debido a la crisis carcelaria de hacinamiento en todo el país, los presos pueden compartir una misma celda hasta con nueve hombres más y en ocasiones, la convivencia puede ser muy difícil pero cuando hay un gato cerca, el ambiente es más tranquilo.

Uno de los cambios más evidentes que han presentado los prisioneros, gracias a la compañía permanente de los felinos, es su estado de ánimo. A ellos se les ha permitido adoptarlos, cuidarlos y compartirles de su comida.

Tambien pueden dormir con ellos en sus respectivas camas y hacer todo tipo de actividades juntos. Este beneficio ha sido otorgado a los presos de menores delitos o patios con presos de baja seguridad, es decir, no representan un peligro para los felinos ni otros internos.

No es un programa formal del Estado o de la cárcel

En ocasiones anteriores, la situación no era armoniosa porque los gatos se encontraban en pésimas condiciones de salud debido a enfermedades contagiosas que dejaban a los gatos ciegos.

Solo hasta el año 2016, se permitió que fundaciones voluntarias entraran a la prisión para realizar jornadas de vacunación, control de enfermedades y desparasitación para evitar poner en riesgo la salud animal pero sobre todo la salud de los presos.

Desde ese año hasta el día de hoy, Fundación Felinos y Human Society Internacional, trabajan en conjunto para proveer de los cuidados de salud esenciales para los felinos llevando a cabo esterilizaciones, jornada de vacunación y desparasitación frecuente.

La población felina ha ido disminuyendo no solo por la colaboración de estas organizaciones sino que también los presos, al cumplir sus condenas, deciden regresar a casa con sus fieles amigos peludos.